Cuando hablamos de carbohidratos nos referimos al azúcar común, el almidón y la fibra dietaria. La fibra es el principal componente estructural de las verduras, leguminosas y frutas. Cuando no consumimos estos alimentos, el cuerpo tiende a presentar inflamación crónica, causal de diversas enfermedades como la diabetes, derrames cerebrales, infartos, cáncer, enfermedades neurodegenerativas, autoinmunes y otros. La recomendación actual es consumir al día, mínimo tres porciones de fibra dietaria sea como verduras, granos y frutas sin importar sea al desayuno o la comida. Para evitar los picos de glicemia elevada que tanto daño producen al cuerpo, deberíamos consumir verduras o proteína como primer alimento en las comidas principales. Toda la vida hemos aprendido que los alimentos se digieren en el intestino delgado, pero la fibra dietaria, se metaboliza es en el intestino grueso ( el colon) donde son la comida principal de las bacterias probióticas ( prebiótico) como las bifidobacterias. Si consumimos diariamente fibra, las bacterias probióticas producen diversas sustancias como las vitaminas del complejo B, los activadores de las defensas y diversos ácidos grasos de cadena corta que son “ la gasolina” de las células del colon, las paredes de los vasos sanguíneos y las neuronas. Sin ácidos grasos como el butirato, no hay nuevas neuronas ni conexión entre ellas disminuyendo la plasticidad cerebral, como mecanismo preventivo de las enfermedades neurodegenerativas.
Por eso debemos enseñar a los niños a comer verduras y granos ricos en fibra dietaria. El mito de seguir consumiendo coladas y harinas refinadas no da ningún beneficio al cuerpo humano. Como padres debemos asumir la responsabilidad de enseñar a comer sano al hijo; es muy fácil y no es costoso.
Cuando miramos las enfermedades que nos afectan en la actualidad y vemos lo fácil que es prevenirlas y de paso combatir el daño tan grave que nos produce la contaminación ambiental, no hay excusa para seguir alimentando al niño con comida “chatarra” sin fibra dietaria. Increíble que la fibra sea la comida de las bacterias probióticas que dirigen todo el metabolismo del cuerpo y previenen la aparición de enfermedades como el cáncer.