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Esta fue la tremenda lesión que casi saca a Cabal del tenis

El colombiano, campeón en dobles de Wimbledon junto a Farah, estuvo a punto de dejar el deporte.

La vida tenística de Juan Sebastián Cabal se puede ejemplificar muy fácil: un drive conectado con muchas ilusiones se ve detenido en la red. Hay dos posibilidades. La primera es que pase pese a esa oposición o se quede estacando. Así se puede retratar la vida del tenista colombiano, quien una grave lesión de rodilla casi acaba con sus sueños, pero hoy en día es campeón de Wimbledon.

En mayo del 2005 la vida de Cabal dio un giro de 270 grados. Un infortunio de la vida, luego de un mal movimiento por poco acaba con su carrera deportiva. En medio de mucha expectativa llegó a un torneo en Morelia, México, pero todo lo malo estaba por suceder. En medio de la competencia su rodilla izquierda se frenó en seco y se giró hacia adentro. Toda su parte ósea crujió, así como lo hizo su alma en ese momento. “Ay, jueputa, me jodí en serio”, dijo mientras iba cayendo vacío al suelo.

Los médicos fueron muy reservados con la magnitud de la lesión, pero su verraquera, la tenacidad de su mentalidad y el amor por el tenis volvió dos años y cuatro meses después a pararse dentro de una cancha. ¡Venció cualquier pronóstico!

“Lloro poco, pero la verdad es que esto es mucho. Hace 15 años me dijeron que no podía volver a jugar tenis y hoy estoy aquí, con este trofeo (el de Wimbledon) y con todos ustedes, siento mucha alegría”, dijo ayer con los ojos encharcados y rojos al contar que nunca se rindió.

Duro diagnóstico

Cabal regresó a Colombia con su pierna inmovilizada y un mal diagnóstico luego de su grave lesión. En México le hicieron una resonancia en su pierna izquierda y los médicos habían dicho que tenía un simple desgarre, pero la realidad otra y las malas noticias eran cuestión de horas para conocerse.

“Los médicos allá interpretaron el problema como si hubiera sido un desgarro, pero no lo tipificaron ni dieron la magnitud de lo que tenía. Le hicieron una resonancia, que no fue de rodilla, sino de la pierna. Acá le retiramos la inmovilización y la rodilla estaba totalmente inflamada. Afortunadamente, no había ningún compromiso en la parte circulatoria, que fuera a comprometer la pierna. Se hizo la valoración médica y clínica con una resonancia y los resultados arrojan que era una lesión multiligamentaria”, le contó a EL TIEMPO Ernesto Martínez, el médico cirujano que lo operó.

La noticia era aterradora, se había roto por completo el ligamento cruzado anterior, más la esquina posterior lateral que contiene varios ligamentos y estructuras de la estabilidad de la rodilla. En definitiva, también se quebró el ligamento colateral lateral, tendón del bíceps, gastrocnemio lateral y tuvo un desprendido el menisco lateral. Pero no era solo una lesión de rodilla, sino que su alma estaba destrozada y su corazón fragmentado en más de un millón de pedazos. ¿Volvería a jugar? Todo indicaba que no.

Con el sentimiento amargo de verse casi obligado al retiro, tuvo que esperar unos días a que su rodilla se desinflamara para poder ser operado. Pasado ese tiempo, ingresó a la Clínica Reina Sofia, de Bogotá, en donde fue intervenido por el doctor Martínez, además de Luis Fernando Rodríguez y Diego Carvajal. No fue una intervención fácil, se tuvo que hacer una reinserción del menisco, una reconstrucción del cruzado y una reinserción de las esquinas del ligamento colateral lateral.

“Todo el tiempo estuvimos en contacto con él y con su familia. Libia, la mamá, fue una persona con una fortaleza increíble. Todo el tiempo valoramos la lesión. Conociendo la magnitud de la lesión, consideramos si podía volver a jugar. A Dios gracias se consiguió hacer una reconstrucción que consideramos muy satisfactoria”, añadió Martínez.

De ahí en adelante comenzó un largo, larguísimo proceso de muchos altibajos. Cabal se vio obligado a estar cinco meses con muletas antes de recobrar la fuerza, flexibilidad y estabilidad de su rodilla. En su cabeza siempre estaba volver al circuito, aunque los médicos siempre fueron muy reservados y tuvieron dudas de poder hacerlo.

“Él siempre tuvo en su cabeza que iba a volver a practicar su deporte y que iba a luchar. Eso como, grupo médico, no era claro y teníamos nuestras dudas por la magnitud de la lesión, pero contamos con el elemento más importante que fue él, ese corazón tan grande y ese deseo por volver”, comentó su médico.

Entre Bogotá y Cali hizo su rehabilitación. Entre caídas y levantadas, entre desdichas y motivaciones. Así pasaron dos años y cuatro meses hasta que recibió la noticia: “su rodilla ya está estable, ya puede jugar torneos”. Dentro de él la pasión y la llama interna se prendió como cuando tomó por primera vez una raqueta, como cuando logró su primer punto o su primer partido en su juventud.

Así, con la ilusión expresada en su gran sonrisa, volvió al circuito ATP para unos años después unirse con su amigo y hermano Robert Farah para jugar en la modalidad de dobles y hoy ser los jerarcas y dueños de Inglaterra.

Aunque Cabal quedó con una restricción menor para la flexión, que no altera su capacidad para trasladarse, saltar, cambios de sentido o potencia, eso no se ve en la cancha con ese modo de jugar con tanta pasión los diferentes puntos, la gran cantidad de partidos. Es un jugador con unos reflejos felinos.

“Realmente sin la tenacidad ni el compromiso de Juan Sebastián, realmente no estaríamos viviendo este momento. Todo el mérito es para él”, concluyó el médico Martínez.

El drive de la vida de Cabal, que golpeó con suspenso en la red, se demoró en pasar, pero al final de la angustia, les ganó el punto a los pronósticos médicos, le ganó el partido al obstáculo de su lesión.

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